VUELVO A CASA POR NAVIDAD
Desde marzo no escribo nada. Ha sido el periodo de tiempo más largo que he estado sin escribir en el blog y no porque no haya tenido cosas que contar, que sí, sino por que precisamente han pasado tantas en los últimos meses, que he necesitado dejar algunas de lado para ocuparme de otras.Gracias a Dios cada una de las cosas que han ocurrido siguen vivas en mi memoria, intentaré recuperarlas para poder continuar con este maravilloso blog que no es sino un perfecto cuaderno de bitácora.
Volví de India, sobreviví, no por superar una prueba que sería a priori el significado del verbo sobrevivir, sino por que viví sobredimensionalmente cada una de las experiencias que fui encontrándome en ese maravilloso país.
Estando en el final casi del viaje, en Goa, empecé a escribir en un cuaderno un sueño que me gustaría se cumpliera y no pensé en otro que en tener una casa cerca de la Playa en mi Cadiz del alma.
Soñé con una casa que sirviera de cuartel general, de refugio del guerrero, de punto de encuentro, un lugar en el que poder encerrarme a escribir, a recordar , a seguir soñando, a seguir creando, un lugar en el que comenzar una nueva etapa, una etapa en la que cada vez me veía más encaminado.
Soñé con una casa en Tarifa, soñé con el viento, con las olas, con el mar, con los amigos y con la familia, soñé con montar un negocio que me permitiera poder vivir todo el año sin tener que estar de aquí para allá, y soñando soñando, me fui a un chiringuito de la playa, con mi cuaderno y con mis sueños, con un boli, unas chanclas , un pareo y mucha sed. Cuando llegué al lugar me atendió un camarero que llevaba una camiseta que decía en mayúsculas TARIFA. No daba crédito, había estado soñando con ese lugar hacia unos minutos, estaba en Goa, a miles de kilómetros y me encuentro con eso. Primera señal.
A partir de ese momento empiezo a entender que va a ocurrir, que lo único que tenía que hacer era proyectar y como había ocurrido en otras ocasiones, algo pasaría.
Dejé India al poco de estar en Goa. pasé por Nepal como último trayecto del viaje y volví a España con la sensación de que algo había cambiado dentro de mi.
Practiqué Yoga, hice Meditación, indagué en el Budismo, me abrió la mente el viaje, aún más si cabe, me tranquilizó, me hizo entender que no había prisa, que las prisas son malas consejeras. Aprendí a escuchar, a respetar, a no juzgar, intenté encontrar paz interior, equilibrio en mi cabeza y en ello sigo.
India ha abierto un paréntesis importante que tardará en cerrarse. Todavía disfruto de las mieles de ese viaje, de las conversaciones que allí tuve. De los pensamientos que aparecieron en mi cabeza, de las personas maravillosas que supieron ver más allá de lo físico, de un País lleno de magia donde la pobreza no se siente como pobreza sino que es una forma de vida, donde sólo por estar vivo ya merece la pena vivir sin necesidad de sufrir.
A partir de este viaje, me digo todos los días cuán privilegiado soy por ser , estar y tener lo que tengo.
He vuelto al blog, he vuelto a casa , he vuelto y es NAVIDAD.
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