LIFE, DEATH AND AFTER DEATH.
Después de haber leído este interesante libro, me gustaría hacer una reseña :
"Nosotros mandamos sobre nuestra mente, la mente lo controla todo; sufrimiento, odio, egoísmo, si controlamos la mente, tendremos el poder de la felicidad".
Cada día debemos dedicar al menos cinco minutos, bien a través de la meditación o bien encontrando momentos de relajación donde nuestra mente esté libre de toda distracción, a pensamientos positivos y a evitar los negativos.
Todos los seres humanos somos iguales, todos buscamos lo mismo. Tenemos que olvidarnos del Yo.
No hay que temer a la muerte, hay que saber desprenderse del apego a lo físico, olvidarse de todo lo aprendido.
Hay que saber entregarse a ella cuando llegue, mostrarle la mejor de nuestras sonrisas, respirar profundamente y dejarnos ir.
Hay que acompañar al que se va con palabras de amor, de felicidad.
No hay que tener prisa por querer hacerlo todo en esta vida, habrá más vidas, y más y más y más...la reencarnación es un plus, la vida no acaba con la muerte, es como cuando dormimos, sabemos que estamos vivos porque nuestro cerebro muestra signos vitales pero la realidad es que cuando despertamos no recordamos nada de lo que ha ocurrido en ese periodo de sueño, por lo que se puede decir que estábamos muertos de alguna manera. Así es la muerte, entramos en ella y estaremos ahí el tiempo que sea, pero acabaremos despertando con otra conciencia, con otra apariencia.
Debemos pensar que todo lo que nos hace temer la muerte es el apego que tenemos a lo material, a lo físico y a lo emocional. Con nada de ello nacemos. Nacer es como venir de la muerte, de un sueño, de repente tomamos conciencia con la educación, con los estímulos exteriores, con la conciencia. Es la conciencia la que nos hace tener apegos, la que nos hace temer a la muerte, hay que despedirse de la conciencia.
Relajemos nuestros pensamientos, controlemos nuestra mente, olvidemos la conciencia y habremos conseguido todo lo que necesitamos.
No queremos ser esclavos de los apegos emocionales o materiales.
Entender esto nos hará disfrutar del aquí y ahora con más intensidad, de olvidarnos de los miedos y encontrar la verdadera felicidad.
"Nosotros mandamos sobre nuestra mente, la mente lo controla todo; sufrimiento, odio, egoísmo, si controlamos la mente, tendremos el poder de la felicidad".
Cada día debemos dedicar al menos cinco minutos, bien a través de la meditación o bien encontrando momentos de relajación donde nuestra mente esté libre de toda distracción, a pensamientos positivos y a evitar los negativos.
Todos los seres humanos somos iguales, todos buscamos lo mismo. Tenemos que olvidarnos del Yo.
No hay que temer a la muerte, hay que saber desprenderse del apego a lo físico, olvidarse de todo lo aprendido.
Hay que saber entregarse a ella cuando llegue, mostrarle la mejor de nuestras sonrisas, respirar profundamente y dejarnos ir.
Hay que acompañar al que se va con palabras de amor, de felicidad.
No hay que tener prisa por querer hacerlo todo en esta vida, habrá más vidas, y más y más y más...la reencarnación es un plus, la vida no acaba con la muerte, es como cuando dormimos, sabemos que estamos vivos porque nuestro cerebro muestra signos vitales pero la realidad es que cuando despertamos no recordamos nada de lo que ha ocurrido en ese periodo de sueño, por lo que se puede decir que estábamos muertos de alguna manera. Así es la muerte, entramos en ella y estaremos ahí el tiempo que sea, pero acabaremos despertando con otra conciencia, con otra apariencia.
Debemos pensar que todo lo que nos hace temer la muerte es el apego que tenemos a lo material, a lo físico y a lo emocional. Con nada de ello nacemos. Nacer es como venir de la muerte, de un sueño, de repente tomamos conciencia con la educación, con los estímulos exteriores, con la conciencia. Es la conciencia la que nos hace tener apegos, la que nos hace temer a la muerte, hay que despedirse de la conciencia.
Relajemos nuestros pensamientos, controlemos nuestra mente, olvidemos la conciencia y habremos conseguido todo lo que necesitamos.
No queremos ser esclavos de los apegos emocionales o materiales.
Entender esto nos hará disfrutar del aquí y ahora con más intensidad, de olvidarnos de los miedos y encontrar la verdadera felicidad.
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