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En medio de todo este desierto de polución, pobreza, basura, ruido e inmoralidad, aparece Amavida como un Oasis dando cobijo, alimento, educación, pero sobre todo, Amor, mucho Amor, a 370 pequeños seres olvidados y ahora rescatados por un ángel llamado Ana.
Fue curiosidad, algo de ingenuidad y por qué no, inocencia, lo que trajo a Ana a Calcuta.
Ana quiso experimentar en primera persona lo que se sentía siendo voluntaria de algún proyecto que ayudara a los mas necesitados. Dio con el mas conocido, Las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta.
Ahí comenzó todo.
Durante años estuvo haciendo voluntariado hasta que decidió que quería hacer algo más, ya no solo le bastaba con ayudar en un proyecto tan conocido mundialmente al que nunca le iba a faltar ayuda, quería crear uno propio o en su defecto ayudar a uno ya creado que la necesitara mas.
Cada vez que Ana volvía a España, a su mundo, a su trabajo, a su vida, menos convencida estaba de que aquello fuera su mundo, su trabajo y mucho menos su vida.
El verano del 2008 deja su trabajo, su mundo y se va en busca de una nueva vida.
Con algo de dinero ahorrado y muchas ganas, regresa a Calcuta con la intención de quedarse mas tiempo, ya no tiene bastante con dos o tres meses, quiere instalarse y comprometerse, aún mas si cabe, en nuevos proyectos.
Mientras sigue haciendo voluntariado en Madre Teresa, se instala en un Hostal en la calle de los voluntarios, centro neuralgico del voluntariado en Calcuta.
Desde el momento que pisa su habitación sabe que no es un sitio donde quiera quedarse mucho tiempo y es por ello que pregunta a un camarero de un restaurante cercano si conoce a alguie que alquile una habitación.
La casualidad, el destino o simplemente porque tenía que ser así, hace que en ese momento se encuentre en el restaurante Mimi, una mujer India cercana a los cincuenta que alquila una habitación en Calcuta Sur, zona algo alejada de la calle de los voluntarios y desconocida por Ana. Se conocen, hablan, y decide ir a ver la habitación.
En el camino Mimi le cuenta de una escuela para niños sin recursos de un slum cercano a su casa que ella dirige sin mas ayuda que su energía, el cariño y el compromiso adquirido con su unico hijo antes de fallecer, de sacar adelante dicho proyecto. Con todo Mimi le comenta que está a punto de cerrar por falta de medios y de ayuda.
Ana decide no alquilar la habitación en casa de Mimi debido a que no tiene ventana, pero ello no quita para que se abra una bien gande entre ellas que nunca volverá a cerrarse.
School of the World es el nombre de la Escuela de Mimi y el primer proyecto que, a través de AMAVIDA, ong creada por Ana, se sponsoriza.
A día de hoy, cuatro años después, Amavida tiene tres proyectos en funcionamiento:
- La Escuela: 370 niños se benefician de la escolarización.
- La Home: 15 niños y 15 niñas, lo mas desfavorecidos de los 370, reciben alimento y acogida durante seis días a la semana. Se está intentando que se queden a dormir.
- Proyecto de las Mujeres: 50 madres del slum reciben clases de costura y con lo aprendido fabrican diversos objetos que se venden en Mercadillos Solidarios que la propia Ana organiza en España. Con los beneficios de lo que se vende, estas mujeres reciben un salario que les permite tener la llave de la economía familiar.
Hasta ahora se han hecho revisiones médicas a todos los niños, todos tenían problemas de malnutrición que se están atajando a base de una buena dieta. Algunos de los niños no veia bien y se les ha puesto gafas. Una de las niñas está con un tratamiento médico costoso para curarle una enfermedad parecida a la leucemia, sin unos buenos padrinos esto habría sido imposible. Todos los niños son escolarizados, se les compra uniformes al principio del curso escolar, material didáctico. A los de la Home se les compra ropa nueva cada año.
Amavida cuenta en sus proyectos con personal que ayuda a cambio un salario digno. Profesores, conductor, administrador, contable, cocinero, cuidadoras etc...
Se ha podido comprar una furgoneta para llevar a los niños del slum a la Escuela.
Amavida no para de hacer contínuamente inversión en sus proyectos.
Nunca un encuentro fortuito pudo traer tantas consecuencias.
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maché -