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OBITUARIO

Según la wikipedia, un obituario intenta dar un recuento de la textura y significado de la vida de alguien que ha muerto recientemente. Hoy, por desgracia, voy a escribir mi primer y último obituario.

En Agosto del año pasado escribí un artículo titulado THE BIG C, la C correspondía a Cáncer, hoy sé que en realidad esa gran C correspondía a César.

Antes de ayer, por casualidades de la vida, me llegó la noticia de un conocido que había fallecido de Cáncer de páncreas, esa misma C que llevaba acechanco a César desde hacía un año.

Hacía un mes que no tenía noticias de mi amigo, así que decidí ponerle un mensaje muy simple que decía: ¿cómo estás?

Ayer estaba tumbado en el sofá, haciendo tiempo para ir a trabajar y sonó el teléfono, era César. Lo cogí y dije: Cesarín!!!.

Al otro lado del teléfono sonó una voz femenina: Álvaro, soy Belén.

En aquel momento lo supe, en aquel momento supe que ya no iba a volver a escuchar la voz de César, y me maldije por no haberlo llamado antes, aunque enseguida se me pasó.

Belén, su pareja, esposa sin Iglesias ni juzgados, me contó que César nos abandonó el 5 del 5 a las 5 de la mañana, mientras una maravillosa luna llena iluminaba el camino que le llevó a esa otra dimensión.

César decidió hace unos meses que no iba a seguir con la quimio, no soportaba el estado de abatimiento que le dejaba y aunque nunca habló de ello, yo sé que era consciente de que tampoco eso iba a solucionar muchas cosas.

César desde que supo la noticia la afrontó con valentía, dignidad y sobre todo, y lo mas importante, sentido del humor. Nunca lo ví abatido, ni triste, ni siquiera serio. Lo recuerdo riéndose y dando ánimos a todos, haciendo que los que estabamos a su alrededor no nos compadecieramos en ningún momento por él, y así fue.

Este año ha viajado, ha vivido intensamente cada minuto, cada día. Entendió que la vida había que saborearla cada momento, que siempre había que encontrar un instante para pararse a pensar en lo agraciados que eramos por haber sido bendecidos con el regalo de la existencia. Eso solo se lo plantea alguien que sabe que esta le va a ser arrebatada antes de lo previsto.

Belén me dijo que hasta el último día disfrutó de cada segundo. Lo ingresaron el día antes de su fallecimiento, el higado le falló y ya no había vuelta atrás.

Sus amigos lo acompañaron en todo momento. No hubo lagrimas, ni pena contenida. Hubo risas, y anécdotas y música, mucha música electrónica como le gustaba a él.

Cuando estaba en el hospital, sedado, en compañía de su madre, sus hermanos, de Belén y de sus amigos, estuvo escuchando en la inconsciencia todas las voces de sus seres queridos que tranquilamente se iban despidiendo de él.

Todos se despidieron, le hablaron, le dieron un último beso cuando aún estaba caliente y estoy convencido que él los escuchó, los sintió.

Belén me dijo que en los últimos días, mientras le administraba morfina le preguntó; César, ¿qué más puedo hacer por tí ?. ël le contestó; todo lo que has hecho lo has hecho muy bien, no hace falta que hagas nada mas.

Yo creo que a su manera él se despidió de todos aquellos que quería hacerlo. Yo tengo la suerte de contar entre ellos.

Pasé unos días inolvidables en Ibiza el verano pasado. Hablamos de todo, de todos, de él, de mí, del pasado y del presente, no del futuro.

Luego coincidí con él en Goa, en Madrid, en la que sería su última fiesta electrónica.

Reunió a todos los amigos que lo habían acompañado en los últimos años, a todos los eligió él, si había alguna ausencia era porque él lo quiso así, excepto la de Belén, que nunca fue muy amiga de esas fiestas.

Tengo todos los mensajes guardados en mi móvil, el último wassapp, la última llamada, aunque no fuera de él pero si de su teléfono, llamada que me hizo Belén para decirme que César se había ido tranquilo.

Lo incineraron y dividieron sus cenizas para esparcirlas en distintos lugares del mundo. La última parte las esparcirán en Cádiz. Han comprado una urna de sal, biodegradable, y van a meter en ella sus cenizas para que se pierda en el mar de Cádiz.

César no se ha ido, su memoria seguirá con nosotros, su energía se mezclará con la nuestra y sus cenizas bañaran las aguas de Cádiz, de ese Cádiz de donde provengo y en cuyas aguas me baño cada año y que ahora haré con mas motivo para empaparme de la esencia de mi amigo César, del gran César, THE BIG C.

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