LA ÚLTIMA CENA...EN CALLE PIRINEUS 6, IBIZA.
Ya está la casa recogida. Cajas llenas de libros, ropa, recuerdos...muchos recuerdos.
La maleta hecha, otra vez. Una casa mas a añadir a la larga lista de casas en las que he vivido, en las que he aprendido, casas que forman parte de ese itinerario en el que que se ha convertido mi vida.
Una parada mas. Una estación en la que apearse y prepararse para coger el siguiente tren.
Para que no haya duda, dejo constancia escrita de que si algo he aprendido en esta etapa vivida, es que definitivamente dejo de hacer planes. No puedo ir en contra de mi naturaleza, no parece que vaya a ser posible el que pueda establecerme. Renuncio a la idea de llevar una vida planificada.
Aprendí hace mucho que el equipaje cuanto mas liviano mejor, así no tenía ninguna excusa para marcharme, para dejar lo que fuera que estuviera haciendo.
He conseguido ser libre y aunque el precio que he tenido que pagar a veces ha sido alto, hoy puedo decir que no me arrepiento de ello.
He querido despedirme solo. He querido tomarme mi tiempo para decir adios a esta casa, a esta etapa.
Me he comprado una botella de vino, un poco de buen jamón, una variada tabla de quesos y como colofón un exquisito chocolate. Me voy a despedir como se merece.
Cenaré después de escribr este artículo. Cenaré solo como en tantas ocasiones pero sabiendo, cada día aprendo, que ya nunca estaré solo.
Dejo la casa sin pena, sin nostalgia, sabiendo que la he aprovechado, que la he vivido, que la he disfrutado.
Que maravilla no saber que va a ser de mi. Lo que a tantos preocupa a mi me excita, me provoca un sentimiento de intriga y curiosidad que me hace sentir como un niño.
Abro la botella de vino, me sirvo una copa, sigo escribiendo.
El otro día me hablaron de la teoría del vacío. Dicha teoría dice que cuantas mas cosas materiales vamos acumulando, menos fácil nos resulta ser libres. Yo he acumulado muy poco, nada si pienso en los años que llevo haciendo esto.
En cada casa, rincón, lugar que he visitado, sitios en los que he vivido, he dejado cosas. Aquí también.
Lo importante no es lo que dejas sino lo que te llevas, lo que aprendes, lo que se impregna a tí y ya nunca se irá.
Esas cosas no caben en una maleta, no pesan, no ocupan lugar, no molestan, no son una carga, son vivencias y emociones que te siguen modelando como persona y eso es algo a lo que me niego a renunciar.
Me sorprendo con mis decisiones.
Qué suerte tengo de haber encontrado ese equilibrio entre lo que deseo y lo que consigo. Soy un privilegiado y soy consciente de ello. Doblemente privilegiado.
Tengo proyectos que cumplir, casas que me esperan en lugares ahora insospechados, gente a la que conocer, con la que compartir experiencias, tengo toda una vida por delante y solo espero no aburrirme nunca.
Sigo reconociéndome en el espejo, sigo viendo a aquel niño que salió hace 22 años de Jerez en busca de todo lo que estoy encontrando.
Me voy a la India, ¿se puede pedir más? Me voy a Malasia a Singapur, a Tailandia...y quién sabe adonde mas.
Ahora me voy a despedir de mi casa. Pronto estaré por aqui.
1 comentario
LUIS -
NUNCA DEBEMOS DE PERDERLA. UN BESO