A VECES...
A veces me despierto en la noche con una una sensación de soledad tremenda que me inunda y me levanto, abro la ventana y respiro.
A veces voy caminando por la calle y de repente me tengo que parar porque siento que mi cuerpo no me responde y parece que se va a caer.
A veces pienso tanto que siento como si un pájaro carpintero estuviera taladrando mi cabeza.
A veces tardo 5 horas en dormir mientras doy vueltas en la cama sin poder parar de pensar.
A veces necesito tomar una pastilla para poder dormir porque si no lo hago la cabeza me estallaría.
A veces siento que me voy a morir y que nada de lo que hice mereció la pena.
A veces cierro los ojos para recordar a la gente que ya no está y soy incapaz de verla.
A veces me pregunto si realmente soy tan feliz como digo.
A veces no se si la vida que tengo es la que me gusta o me gusta porque es la que tengo.
A veces pienso que me he pasado toda mi vida huyendo hacia adelante.
A veces pienso que me estoy perdiendo las cosas insignificantes de la vida que son importantes.
A veces siento un vacío emocional dentro de mi pecho que no me deja respirar.
A veces me escondo de la gente y no dejo que me vean.
A veces me escondo de mi mismo aunque sepa que me estoy viendo.
A veces escucho las quejas de otros sin ganas.
A veces me gustaría que otros escucharan mis quejas con ganas.
A veces me levanto por la mañana, me miro al espejo y no me reconozco.
A veces me gustaría que mi padre me abrazara y me dijera que todo está bien, pero mi padre está muerto.
A veces me gustaría empezar a ser yo.
A veces siento que a mi cabeza no le llega el aire.
A veces siento como mi cabeza se apodera de mi corazón, y este se queja latiendo con mas intensidad.
Todo eso me pasa cuando me dan ataques de pánico, de ansiedad que me avisan de que algo no va bien, pero yo no los escucho y sigo mi vida como si todo estuviera bien.
Me voy esta tarde a Mendoza, 13 horas en autobús. Pasaré tres días allí. Iré a las montañas, montaré a caballo y respiraré naturaleza.
De Mendoza me voy en autobús a Santiago de Chile, donde recibiré el año nuevo, cerca del mar como me prometí el año pasado.
Dejaré que el mar y la montaña inunden mi ser y me quiten el pánico que a veces me entra para poder empezar el año nuevo con un único deseo. Que se acaben los A VECES.
El 29 de diciembre cumplo 43 años y creo que ya va siendo hora de vivir sin mentiras.
2 comentarios
Aitor Presa -
Soy una estrella en este firmamento pampeano -
Muy feliz cumpleaños. Te quiero con toda mi alma.