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USA2

SE ACABÓ.

Me acabo de cortar un dedo mientras cortaba cebolla. Mientras lloraba, la cebolla produce ese efecto, mis pensamientos me tenían inmerso en mil cosas. El viaje a Los Glaciares, mi vuelta a España, Ibiza, estaba tan ocupado pensando en lo que venía, que me olvidé de la cebolla, del cuchillo y de mi dedo, y de repente, me corté.

He empezado a sangrar, no gran cosa, un corte superficial, y me he reido. A veces pienso que hay fuerzas superiores que te dan avisos para que te centres, para que dejes de divagar y vuelvas a tu centro, a lo que estás haciendo. 

Y me he venido a escribir sobre ello. 

Se acabó, como dice La Lupe, "It´s Over". Ya ha llegado el momento. Hay que decir adiós a las viejas costumbres, a los aprendizajes erróneos y comenzar de nuevo.

Hay una película que vi hace poco, que me hizo pensar en ello.

Es la historia de un tipo que se pasa 345 días volando. Su trabajo consiste en viajar por todo USA y despedir gente de distintas compañías que necesitan hacer una estructuración de personal.

Imaginad el tipo; frio, calculador, sin escrúpulos, que lo que hace es destrozar la vida de cientos de personas al año, a los que despide en nombre de esas compàñías, ya que dichas empresas no tienen agallas suficientes como para enfrentarse a eso.

Ni que decir tiene que un tipo que vive de esa manera no tiene una vida normal. Vive entre habitaciones de hoteles y aviones la mayor parte del tiempo, lo que no le deja margen para conocer y mucho menos, entabla,r una relación emocional con alguien.

El tipo colecciona millas de vuelo, y su objetivo es llegar al millón. Y le quedan pocas para conseguirlo, lo que demuestra la cantidad de horas que se ha pasado en su vida encima de un avión.

El hecho de querer llegar al millón no es otra que el ser uno de los pocos elegidos que posean la tarjeta de grafito, especial , que le permita formar parte de ese club selecto.

En ningún momento piensa en viajar por placer, en dar la vuelta al mundo, en tomarse unas vacaciones, no, su objetivo es el millón de millas.

Y conoce a alguien en un aeropuerto. Alguien como él, una mujer liberal, sin escrúpulos, un tiburón de las finanzas, y comienzan una relación que les lleva a quedar en distintos aeropuertos de USA, dependiendo de cuando coincidan, ya que ambos viajan todo el tiempo.

La relación empieza a abrir el duro corazón del tipo, que parece que empieza a plantearse por primera vez en su vida que ya es hora de echar raices, de enfrentarse a un compromiso, de dejar esa vida absurda de retos innecesarios, de destrozar vidas anónimas y de empezar a disfrutar de lo que la gente normal llama "lo cotidiano".

Ella vive en Chicago, él en Omaha.

Cuando se entera de que una de las personas a la que ha despedido se ha suicidado, decide dejarlo todo, y sin decir nada, se presenta en la casa de ella, en Chicago, para darle la sorpresa. Cuando llega se encuentra con que ella es una mujer "felizmente" casada y con dos hijos, así que huye.

Desconcertado, en la habitación del Hotel, no entiende como ella no le ha contado eso.

A la mañana siguiente, ella lo llama y le comenta, enfadada, que cómo se le ha ocurrido hacer esa locura. Ella, adoptando un papel que hasta ahora siempre había tenido el hombre, le dice que creía que habían dejado claro que lo de ellos era pura atracción sexual, y que por nada del mundo ella acabaría con su vida que tanto le ha costado tener.

Así es, hay personas que son felices en su vida de mentira. Se han acostumbrado a manejar estratégicamente los hilos de una relación estudiada, y no quieren abandonarla por nada del mundo.

Luego están los que son conscientes de la mentira en la que han estado viviendo e intentan poner fin a ello, lo malo es cuando lo intentas con las personas inadecuadas.

1 comentario

Fernando M. -

Hola primo.
Eres mi descanso delante del ordenador a la hora del almuerzo en la oficina; en esta vida de trabajo que tu conoces bien.
Quisiera que indagaras mas en tus pensamientos sobre la ultima frase, "lo malo es cuando lo intentas con las personas inadecuadas".
Un beso primo.
PD: Me has dejado pensativo, tanto por la persona inadecuada, como por la que la juzga inadecuada.
Ciao