PROPOSITOS DE AÑO NUEVO
Cuando comienza el año, uno tiene la necesidad de plantearse un montón de cosas que nunca lleva a cabo pero que inevitablemente le gustaría que ocurriesen.
Dejar de fumar, ir al gimnasio, leer ese libro que tanto lleva esperando en la mesilla de noche etc... Yo me he planteado un único proposito de año nuevo, INTENTAR SER MAS FELIZ.
No nos damos cuenta pero siempre estamos poniendo excusas para nuestra felicidad; "no me gusta mi trabajo" " no tengo pareja" " que gordo-a estoy"...etc...
Basta de excusas, para ser feliz solo necesitamos una cosa, querer serlo.
He llegado al convencimiento de que soy un tipo excepcional, si, lo digo y no se me mueve ni una pestaña.
Para ser felices hay que estar en perfecta armonía con uno mismo, hay que quererse, hay que estar a gusto , hay que gustarse. ¿Cómo vamos a gustar si no nos gustamos a nosotros mismos?
Cuando era pequeño, creo que me duró hasta la adolescencia, una adolescencia tardía porque fue hasta los 19 años, antes de entrar en el Instituto del Teatro, era un tipo muy naif. Me gustaba la gente que me rodeaba, idolatraba a mis amigos, tenía un mundo interior maravilloso que hacía que pensara que todo el mundo era bueno. Nunca veía la maldad en los demás, siempre veía la luz, porque pienso que es mas interesante ver lo que nos acerca a las personas que tenemos a nuestro lado que las cosas que nos alejan de ellas.
Por ello, ahora lo sé, nunca me enteraba de lo que ellos pensaban de mi, y en aquel momento ni me preocupaba.
Un buen día, no recuerdo muy bien la causa, alguien me abrió los ojos a la crueldad de las personas que nos rodean, y ahí me dí cuenta de que yo era un tipo raro al que todos veían con distintos ojos a los que yo creía.
A partir de ese momento me dí cuenta de que ni era tan majo como todos me hacían ver, ni tan maravilloso ni tan gracioso ni tan buena persona...
A partir de ese momento me volvì gris. Empecé a desconfiar de todo el mundo y comencé a pensar que realmente yo era como los demás me veían, ya que era yo contra todos.
Fue en ese mismo instante que decidí que todo lo que los demás pensaran de mi me iba a importar, así que me preocupé en satisfacer los deseos de los otros. Empecé a hacer cosas por los demás, el que dirán se convirtió en algo obsesivo y cada vez mas necesitaba la aprobación de todos. Dejé de ser yo para ser lo que yo creía que los demás querían que fuera. Y así fue durante mucho mucho tiempo.
Gracias a Dios un buen día descubrí que yo era lo que era, que no tenía que fingir ser algo que no soy, no tenía que dar explicaciones a nadie de mis actos, no tenía que mirarme al espejo y pensar todo lo que me gustaría que fuera diferente.
Un buen día busqué dentro de mí y, sorpresa, escondido en un minúsculo rincón estaba yo, agazapado en la oscuridad deseando que me dieran permiso para salir y volver a ser lo que era. Y así hice. Me abrí a la luz, me dejé salir, respiré y me sentí renacer.
Ahora se que no hay nadie a quién tenga que dar explicaciones de mis actos excepto a mi mismo. En ese instante me dí cuenta de lo fácil que era ser feliz, lo único que tenía que hacer era permitirmelo yo mismo.
Desde ese momento sé lo que es ser feliz, y sabeis que, esto no hay quién lo pare, ya no, la maquinaria se ha puesto en marcha y ahora si que voy a ser feliz para siempre, y cada vez mas.
1 comentario
Anita -
Se feliz siempre, porque solo asi podras seguir haciendonos felices a todos.